Celebración internacional del «Domingo de la Divina Misericordia»

Hermanos os invito a seguir esta fiesta el próximo Domingo 19 de abril a las 14:00 horas a través de la transmisión en vivo desde la Catedral. Este año el Obispo me invitó a concelebrar como párroco de la parroquia hispanohablante en nuestra diócesis junto con el párroco de la parroquia polaca. Por lo tanto, la celebración será en parte en holandés, inglés, español y polaco.

Giancarlo

La transmisión comienza a las 14:00 con la Adoración del Santísimo, seguida de la Santa Eucaristía a las 15:00 en la cual Mons. J. Hendriks será el celebrante principal.

     Transmisión en vivo desde la Catedral Basílica de Sint Bavo en Haarlem:

https://www.youtube.com/channel/UCB5NdyDLarsCua1TuAquyAg/live

Sábado Santo, el día de la ausencia de Dios.

“El terrible misterio del Sábado Santo, su abismo de silencio, ha adquirido una realidad abrumadora en nuestro tiempo. Pues este es el Sábado Santo: el día de la ocultación de Dios, el día de esa paradoja inaudita que expresamos en el Credo con las palabras «descendió al infierno», descendió al misterio de la muerte.

El Viernes Santo aún pudimos ver el traspasado. El Sábado Santo está vacío, la piedra pesada del nuevo sepulcro cubre al difunto, todo ha pasado, la fe parece estar definitivamente expuesta como fanatismo.

Ningún Dios ha salvado a este Jesús que se hizo pasar por su Hijo. Puedes estar tranquilo: los prudentes que previamente habían dudado un poco en su intimidad si pudiera ser diferente, tenían razón en su lugar.

Sábado Santo: día del entierro de Dios; ¿No es impresionante este día?

Nuestro siglo no comienza a ser un gran Sábado Santo, el día de la ausencia de Dios, en el que incluso los discípulos tienen un vacío escalofriante en el corazón que se ensancha cada vez más, y por eso se preparan llenos de vergüenza y angustia al regreso. en casa y se oscurecen y destruyen en su desesperación hacia Emaús, sin darse cuenta en absoluto de que el que se creía muerto está entre ellos?

(Benedicto XVI)

Triduo Pascual

Queridos hermanos, la larga Cuaresma, el tiempo de desierto vinculado al período de la pandemia de Covid19, nos lleva a celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Las circunstancias actuales, este año, no nos permiten celebrar estos Misterios en nuestra iglesia, y tampoco unidos en internet, sino que cada uno de nosotros tiene que vivirlo y contemplarlo litúrgicamente en nuestros hogares, iglesias domésticas, o conectándose con el Papa, con los Obispos, párroco de nuestros Países.

Nuestra cruz nos hace preguntarnos: ¿pero es Dios el Padre que envía la pandemia, o más bien es Él quien está cerca de nosotros frente a la realidad que estamos viviendo? La cruz no es un precio a pagar, sino la realidad de la cual Jesús no se ha retirado porque él está en relación intima con el Padre. El Padre no envía dolor, sino que está al lado del Hijo en el momento del dolor. Aunque Él también se sintió abandonado, no escapó, sino que permaneció allí.

Hermanos tenemos que aprovechar de esta ocasión única para entrar en relación intima con Dios y así descubrir y experimentar que es posible vivir como hijos, unidos a su Hijo en una relación de amor. Él lo demostró muriendo y haciendo de su muerte un don de si mismo para todos nosotros: “con su sangre derramada para lavar todos nuestros pecados, Jesús nos regeneró como vírgenes castas elegidas por el Padre para el único esposo”.

Jesús fue fiel al asumir todas nuestras infidelidades. No nos juzgó ni nos repudió. Él siempre nos ha amado, paso a paso, dolor tras dolor, hasta el final, hasta la tumba. Contemplemos su cruz hermanos, contemplemos como nos ha amado, para descubrir que al final nuestra vocación es la Resurrección.

Giancarlo

Todas las celebraciones públicas canceladas hasta Pentecostés

En respuesta a las medidas gubernamentales más estrictas contra la propagación del coronavirus el 23 de marzo, los obispos holandeses han tomado medidas adicionales. Todas las celebraciones litúrgicas públicas, incluidas las de pequeños círculos durante la semana, se cancelarán durante todo el período de Pascua, incluido Pentecostés (el 31 de mayo).